Aunque el gran tomo de LEYENDAS del pueblo CELTA, se fue trasmitiendo ORALMENTE durante miles de años. Alrededor del siglo XII, los mismos que las habían ido aprendiendo y pasando durante generaciones,terminaron escribiéndolas en latín, dentro de los monasterios.
La censura eclesiástica muy castrante en aquellos tiempos, logró en parte “desmitificar” los MITOS. No obstante la investigación y el deseo de sacar la VERDAD HISTÓRICA de nuestras raíces, está haciendo posible que tengamos sorpresas muy importantes.
El análisis de los elementos celtas conservados en las tradiciones literarias, orales y escritas, de la Península Ibérica ofrece un gran interés.
Las tradiciones literarias de origen CELTA de Galicia, Asturias y Cantabria ya han llamado la atención, en ocasiones con exceso, aunque faltan estudios de crítica literaria histórica que permitan conocer mejor las fuentes y los procesos formativos. Además, a ellas se pueden añadir otras perduraciones semejantes de otras regiones, especialmente del Norte, incluidas las numerosas tradiciones mitológicas CELTAS del País Vasco, así como de la Meseta y el Sistema Ibérico, que corresponde a la antigua CELTIBERIA, y de todo el Occidente de la Península Ibérica.
Estas tradiciones las confirman algunas escasas noticias de la Antigüedad sobre cánticos de los pueblos CELTAS de HISPANIA, semejantes a los de los galos, cantos que evidencian el desarrollo generalizado de la poesía épica entre los CELTAS, aunque se desconozcan los textos.
Según Diodoro, los Lusitanos “avanzan en combate a paso rítmico entonando cánticos guerreros al atacar al enemigo” y Apiano indica que entonaban cantos en los funerales de Viriato para ensalzar su heroísmo. Salustio, Tito Livio y Valerio Máximo hacen referencia a los cánticos épicos heroicos de los CELTÍBEROS, “cuyo ritmo acompañaban golpeando sus armas”.
Más conocidas son las referencias sobre estos cánticos entre los Cántabros, pues, según Estrabón, “cantaban en los tormentos cantos de victoria” y también refiere como los montañeses cantaban a coro las noches de plenilunio.
Todos estos textos confirman que existía una tradición épica CELTA, prácticamente perdida, pero de la que algunos restos se han conservado en el folklore como testimonio.
Por ello, hay que llamar la atención sobre los elementos CELTAS de la LITERATURA CASTALLANA, entre cuyas numerosas fuentes, generalmente bien estudiadas y conocidas, pasa sin embargo casi desapercibida la tradición literaria CELTA, cuya existencia desde hace tiempo hemos comentado, siempre de pasada.
Es indispensable insistir en la importancia de los estudios sobre la mitología CELTA enterrada en la ÉPICA CASTELLANA, en la que en la mayoría de las obras generalmente no se plantea, ni siquiera como posibilidad, el origen CELTA de algunos de sus más bellos pasajes.
El desconocimiento de las raíces CELTAS de la épica castellana tiene su origen en la falta de comprensión por las clases superiores de la épica “popular”, en la que se había conservado la mayor parte de dichas tradiciones, al no ser apreciada por las élites cultivadas, a pesar de haber sido revalorizada por Joaquín Costa, en su obra POESÍA POPULAR ESPAÑOLA Y MITILOGÍA Y LITERATURA CELTO-HISPANAS, hoy prácticamente olvidada, había llamado la atención sobre la literatura como un campo más de los estudios de la HISTORIA CELTA.
Dentro de la LITERATURA ÉPICA, donde subyace el IMAGINARIO CELTA, tenemos entre otros, el Romance del Conde Arnaldos, el Cantar del mío Cid, algunos libros de caballería y romances del “Ciclo artúrico” y del “Ciclo Bretón”, y como no añadir algunas leyendas de Gustavo Adolfo Becquer, que atestiguan igualmente la importancia de la literatura popular como fuente para el conocimiento de la HISPANIA CELTA.
Esta literatura de tradición CELTA, oral o escrita, culta o popular, ha perdurado casi hasta nuestros días, y permite conocer constituyen los principales temas del imaginario CELTA.