En el año 60 de nuestra era, Britania, una tierra misteriosa, cubierta de brumas y con unos dioses ancestrales, estaba dominada por el puño de hierro de Roma. Los antiguos cultos DRUIDAS (Sacerdotes de los árboles) estaban siendo olvidados y muchos britanos se veían obligados a pagar cuantiosos impuestos a unos romanos que les exigían además entregar todas sus armas para evitar alzamientos. Unos pocos se resistían a aceptar semejantes abusos y se enfrentaron a las legiones del gobernador Cayo Suetonio Paulino en la isla de Mona (Anglesey). Por aquel entonces el ejército romano era la fuerza de combate más poderosa y mejor organizada que existía, controlando buena parte del mundo conocido.
Mientras Suetonio aplastaba a la resistencia britana, en otro extremo del país, BOUDICA, reina de los ICENOS y antigua aliada de Roma, era humillada y despojada de sus tierras y posesiones al morir su marido, el rey PRASUTAGUS. Todo su reino pasaba ahora a control romano. La reina fue desnudada y azotada y sus hijas violadas en Camuloduno (actual Colchester) bajo las risas y miradas de todos los romanos allí presentes. Ninguna de esas personas era consciente de lo que acababan de hacer, y es que las mujeres CELTAS eran tan guerreras y fieras como los hombres y tenían casi los mismos derechos que ellos. BOUDICA, con su instinto guerrero acrecentado por el odio y las ansias de venganza hacia Roma, forjó alianzas con las principales tribus britanas, como los trinovantes, y se lanzó en una sangrienta guerra de castigo contra el Imperio romano. Aquella rebelión liderada por la indómita BOUDICA fue una de las más sangrientas que recordaban los romanos.
La venganza celta
BOUDICA regresó a la misma ciudad en la que había sido humillada y azotada salvajemente, pero en esta ocasión volvió acompañada de un ejército. Camuloduno era una colonia de veteranos y no contaba con una gran guarnición ni murallas demasiado altas, además, para mayor humillación de los britanos, Roma estaba construyendo allí un templo en honor del ya fallecido emperador Claudio con el dinero que recaudaban de los habitantes de la región. Poco pudo hacer la ciudad para defenderse de las iracundas hordas CELTAS dirigidas por la temible BOUDICA. Todos los habitantes de la ciudad, sin distinción entre mujeres, niños u hombres, fueron pasados a cuchillo, algunos de ellos torturados. Tras ese acto de venganza Camuloduno fue saqueada e incendiada hasta los cimientos.
Sin embargo la ira de BOUDICA no iba a terminar ahí. Decenas de miles de britanos se unieron a su ejército animados por el éxito y todos juntos, con la reina ICENA al frente, marcharon a la capital de la región, LONDINIUM (actual Londres). La ciudad sólo contaba con una pequeña guarnición y ante la imposibilidad de defenderla, fue evacuada. Al igual que en Camuloduno, Londinium fue capturada, saqueada e incendiada. Hoy en día se han hallado vestigios de ese incendio. Los ciudadanos que no pudieron huir murieron asesinados e incluso crucificados. Los romanos enviaron un contingente de la legión IX Hispana a detener a la REINA CELTA, pero los legionarios se vieron sorprendidos en una emboscada y cayeron todos. El nombre de BOUDICA comenzaba a susurrarse con terror por parte de unos romanos que la veían como una mujer guerrera obsesionada con exterminarlos a todos.
BOUDICA continuó con su marcha de destrucción mientras más y más britanos se unían a sus filas. Ella, que había empezado su guerra para cobrarse venganza, se había transformado en el alma de una rebelión por la libertad de Britania. Bajo su mando se unieron tribus que antaño combatían entre sí, familias enteras viajaban en una larga columna en pos de un sueño que les parecía poder cumplirse. Así, el inmenso ejército de BOUDICA llegó a las inmediaciones de Verulamio y la furia de la gran reina de los icenos se transformó de nuevo en un mar de sangre y fuego.
Tres ciudades romanas habían sido ya saqueadas y destruidas por completo.
Atendiendo a los historiadores antiguos, más de setenta mil ciudadanos romanos perdieron la vida a manos de las hordas de BOUDICA.
Sin embargo los romanos no estaban dispuestos a quedarse de brazos cruzados. La respuesta de Roma no se hizo esperar.
Watling Street, la batalla por Britania
El gobernador Suetonio organizó la respuesta armada a la revuelta de BOUDICA, pero se encontró escaso de tropas. Gran parte de las fuerzas romanas estaban muy alejadas, en Anglesey, y apenas pudo reunir un ejército de poco más de diez mil hombres compuesto por la legión XIV Gemina y algunas unidades de la XX Valeria Victrix más tropas auxiliares y diversas turmae de caballería.
Por su parte, BOUDICA disponía de unos cien mil guerreros, aunque no se sabe con exactitud el tamaño del ejército de la reina. Es posible que fuera más pequeño pero en cualquier caso superaba por mucho al ejército romano. Los hombres y mujeres que componían la horda celta eran en su mayoría campesinos y artesanos que portaban sus herramientas de trabajo, los pocos que llevaban equipo militar lo habían sustraído de los saqueos a las ciudades romanas.
Los britanos confiaban en su abrumadora superioridad numérica para obtener la victoria. Pero cometieron el error de entrar en combate en un campo que favorecía a los romanos.
Suetonio formó a su pequeño ejército en un desfiladero cuya retaguardia quedaba cerrada por un bosque y que desembocaba en una enorme llanura. Las propias paredes del desfiladero impedían ataques por los flancos. Entretanto los britanos formaban una masa ingente de guerreros y colocaron a los carros en los que viajaban sus familias a lo largo de la llanura para que vieran la rotunda victoria que estaban a punto de conseguir. Para motivar a sus gentes BOUDICA les dirigió la siguiente arenga según el historiador Tácito:
“Nada está a salvo de los arrogantes y orgullosos romanos. Cambiarán lo sagrado y violarán a nuestras mujeres. Vencer o morir en esta batalla, esa es mi decisión de mujer. Allá los hombres si quieren vivir como esclavos.”
Lo que siguió después fue más una matanza que una verdadera batalla. Los celtas se lanzaron en tropel sin ninguna clase de orden sobre los romanos y los legionarios respondieron lanzando sus descargas de mortales pila, las jabalinas de la legión. Al no llevar armadura ni protecciones cientos de britanos cayeron en los primeros compases de combate. Cada acometida britana era repelida por los escudos y espadas de los disciplinados legionarios y al darse cuenta de que en ese terreno no podían vencer los britanos daban media vuelta y huían sin más. Suetonio ordenó entonces el avance de sus tropas y la carga de la caballería desde los flancos. En el caos del combate los celtas vieron su retaguardia cerrada por sus mismos carros. Estaban rodeados y el destino de Britania quedaba cerrado entre los carros y los romanos.
Suetonio y sus hombres no tuvieron piedad. Aniquilaron a los guerreros y a sus familias en un mensaje claro de lo que pasaría a cualquiera que se alzase contra Roma. Se calcula que al menos ochenta mil britanos murieron ese día.
BOUDICA logró sobrevivir a la batalla pero su destino posterior no está claro, algunos dicen que enfermó y murió y que fue enterrada con grandes honores. Sin embargo la versión más aceptada es que tanto ella como sus hijas se envenenaron para evitar caer prisioneras de los romanos.
La rebelión de la reina BOUDICA fue una de las más destructivas y sangrientas que se recuerdan. La guerrera celta unificó a las tribus de Britania contra el enemigo común y logró causarle auténtico daño al destruir tres ciudades romanas y asesinar a decenas de miles de sus ciudadanos. Nunca más se produjo en Britania un levantamiento de esa magnitud.
Con el tiempo BOUDICA se convirtió en una heroína, venerada en muchos lugares. La reina guerrera de los icenos se enfrentó a un poder mucho mayor que el suyo. Roma tenía infinidad de recursos y su capacidad militar era abrumadora, sin embargo BOUDICA consiguió hacer que el poder romano en Britania se tambalease por un tiempo. BOUDICA terminó cobrándose venganza y finalmente cayó luchando por la libertad de su pueblo.
La leyenda cuenta que la última batalla se realizó donde ahora se halla la estación de ferrocarril londinense de KING CROSS, y que justo debajo del andén 9,3/4 de dicha estación, están calcinados todos los caídos en aquella sangrienta batalla. Con probabilidad los cuerpos de BOUDICA y sus dos hijas de 12 y 14 años respectivamente, yacen debajo de dicho andén.
Como nota curiosa; la autora de la novela HARRY POTTER, J. K. Rowling, menciona este andén 9,3/4 como la puerta de salida para ir a Hogwarts. ¿Casualidad? No creo en la casualidad ¿Una nota honorífica para la reina de Londres BOUDICA? Seguramente.
Su escultura se alza orgullosa delante del Parlamento Londinense.
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