Píndaro distinguía tres categorías de seres: DIOSES, HÉROES Y HOMBRES.
Para el historiador de las religiones, la categoría de los HÉROES plantea ciertos problemas graves: cuál es el origen y cuál la estructura ontológica de los HÉROES, y en qué medida pueden ser comparados con otros tipos de intermediarios entre los DIOSES y los HOMBRES.
Ateniéndose a las creencias de los antiguos, LOS HÉROES ESTÁN ESTRECHAMENTE EMPARENTADOS, DE UN LADO, CON LOS DIOSES CTÓNICOS Y, DE OTRO, CON LOS HOMBRES MUERTOS.
En realidad no son otra cosa que los espíritus de los difuntos, que permanecen en el interior de la tierra, donde viven eternamente como los dioses, recibían honras y sacrificios, pero el número y el procedimiento de estas dos clases de ritos eran diferentes.
Hay otros autores como Götternamen que sostienen el origen divino de los héroes: “al igual que los demonios, lo héroes proceden de las divinidades “momentáneas” o “particulares”, es decir, de los seres divinos especializados en determinadas funciones específicas.
Farnell propuso una teoría ecléctica que todavía goza de cierto prestigio. Según él, los HÉROES no son todos del mismo origen; entre ellos distingue siete categorías: HÉROES de origen divino o ritual, personajes que han vivido realmente (guerreros o sacerdotes), HÉROES inventados por los poetas y los eruditos, etc. Finalmente en un libro rico en ideas agudas, Gil eroi greci, describió del siguiente modo la “estructura mofológica” de los HÉROES: son personajes cuya muerte tuvo un relieve especial y que tienen relaciones estrechas con el combate, la agonística, la mántica y la medicina, la iniciación de la pubertad y los misterios; fundan ciudades consanguíneos y los “representantes prototípicos”de ciertas actividades humanas fundamentales. Los HÉROES se caracterizan además por ciertos rasgos singulares, incluso monstruosos, y por un comportamiento excéntrico que delata su naturaleza sobrehumana.
De forma sumaria podría decirse que los HÉROES participan de una modalidad existencial (sobrehumana, pero no divina) y actúan en una época primordial, precisamente la que sigue a la cosmogonía y al triunfo de los Dioses. Su actividad se desarrolla después de la aparición de los hombres, pero todavía en la época de los “comienzos”, cuando las estructuras aún no estaban fijadas del todo ni las normas se hallaban suficientemente establecidas. Su propio modo de ser delata el carácter inacabado y contradictorio del tiempo de los “orígenes”.
El nacimiento y la infancia de los HÉROES se diferencian de los que corresponden a los hombres ordinarios. Descienden de los dioses, pero muchas veces se supone que tuvieron una “doble paternidad” (Así por ejemplo, Heracles nació de Zeus y de Anfitrión; Teseo, de Poseidón y de Egeo).
Todos los Héroes de las diferentes mitologías, han sido abandonados poco tiempo después de nacer. Y son alimentados por animales salvajes. Pasan su juventud viajando por países lejanos. Se distinguen por sus innumerables aventuras (especialmente hazañas de guerra y deportivas) y se casan con DIOSAS, entre estas bodas son famosas las de Peleo y Tetis, Niove y Anfión, Jasón y Medea.
Otras actividades de los HÉROES son la de FUNDAR, REVELAR, cierto número de instituciones humanas: las leyes que rigen la ciudad y las normas de la vida urbana, la monogamia, la metalurgia, la escritura, el canto, la táctica, etc. Y son los primeros que practicaron ciertos oficios.
Los HÉROES son sobre todo fundadores de ciudades. Y los personajes históricos que fundan colonias de convierten en HÉROES al morir.
Rasgo característico de los HÉROES es la forma en que mueren. Excepcionalmente, algunos son trasladados a las islas de los Bienaventurados, o desaparecen bajo tierra. Pero en su mayor parte sufren muerte violenta en la guerra o combates singulares, o por traición.
Ocurre a veces que la muerte de los HÉROES es dramática: Orfeo y Penteo son despedazados, Acteón es desgarrado por sus perros, Grauco por los caballos; algunos son devorados o caen heridos por el rayo de algún dios, o son mordidos por una serpiente (Orestes).
Pero a pesar de todo, es su muerte la que conforma y proclama su condición sobrehumana. No son INMORTALES, como los dioses, pero se diferencia de los humanos por el hecho de que siguen actuadon despés de muertos. Los restos de los HÉROES están cargados de una temible potencia MEGICO-RELIGIOSA. Sus tumbas, sus reliquias, sus cenotafios, o sus estelas antropomorfas, irradian poder sobre los mortales durante siglos.
En cierto sentido, podríamos decir, que los HÉROES se aproximan a la condición divina gracias a su muerte, pues gozan de una existencia ulterior ilimitada, ni larvaria ni puramente espiritual, sino consistente en una superviviencia SUI GENERIS, ya que depende de los restos, de las huellas o de los símbolos de sus cuerpos.
Todos estos datos ponene de relieve el VALOR RELIGIOSO de la MUERTE heróica y de los despojos de los HÉROES. Al desaparecer el HÉROE, se convierte en un GENIO TUTELAR que, protege a la ciudad contra las invasiones, las epidemias y toda clase de azotes.
Pero el HÉROE, goza también de una inmortalidad de origen espiritual, de la GLORIA más exactamente, de la perennidad de su nombre. De este modo se convierte en modelo y ejemplo de cuantos se esfuerzan por superar la condición efímera de todo mortal, por salvar sus nombres del olvido definitivo, por sobrevivir en la memoria de los hombres. La HEROIZACIÓN de los personajes reales, se explica por sus hazañas excepcionales, que los separan del resto de los mortales y los “catapultan” a la categoría de los HÉROES.
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