MITO EUROPEO – HISPANO
DEL HÉROE FUNDADOR
El estudio de la iconografía de las conocidas monedas del “jinete hispánico” y de las llamadas “fíbulas de jinete y de caballito” permitió descubrir su significado mítico, relacionado con el “HÉROE FUNDADOR”. Este mito estaba ampliamente desarrollado entre las élites ibéricas y celtibéricas, cuyos orígenes indoeuropeos comunes en la CULTURA DE LOS CAMPOS DE URNAS EXTENDIDA DESDE TODO el Noroeste de HISPANIA explica las profundas afinidades existentes entre ambas gentes.
El estudio posterior de una magnífica figura de bronce ibérica que representa a un guerrero sacrificando un carnero hallada casualmente en el OPPIDUM de La Puerta de Segura, en Jaén, y conservada en el Museo Arqueológico Nacional, ha confirmado que en la HISPANIA prerromana existían mitos indoeuropeos relacionados con el HÉROE FUNDADOR. Se trata de uno de los mejores bronces ibéricos conocidos, que se puede fechar hacia el 490 a.C. por su estilo JÓNICO-IBÉRICO del Arcaísmo Final.
Uno de los elementos de interés que ofrece esta figura es su disposición sobre una masa de agua ondulada, que debe representar un río como punto de paso al OTRO MUNDO.
También es esencial el tema de la víctima del sacrificio, un carnero. Este animal desempeñaba un importante papel ritual en la religión ibérica, como en otras muchas religiones de la Antigüedad. Así lo confirma su asociación a algunas representaciones escultóricas ibéricas, a restos arqueológicos de sacrificios de carneros, generalmente en contextos domésticos y a morillos rituales con frecuencia rematados en prótomos de carnero, que pueden considerarse el testimonio más característico. Se documentan en toda la Europa Céltica, en especial por las Galias, y, ya J. Dechellete señaló que eran el SÍMBOLO DEL SACRIFICO OFRECIDO A LOS ESPÍRITUS DE LOS ANTEPASADOS EN EL ALTAR U HOGAR DOMÉSTICO”.
El significado del carnero como víctima de este tipo de sacrificios se confirma en la India, donde AGNI, que era la divinidad del hogar, se representa sobre VÁHANA, un carnero y también en la religión romana el LAR u hogar doméstico, sede de los MANES o antepasados, se purificaba sacrificando un carnero, como ocurría en el mundo CELTA, y en particular en HISPANIA.
Este ritual podría ponerse en relación con sacrificios ibéricos de carneros, como el representado en el relieve de ESTEPA (Sevilla), que ofrece dos personajes sacrificando un carnero mientras que las esculturas de prótomos de carnero, que parecen representar el resultado del ritual del degüello, son un elemento iconográfico reiterativo en diversos monumentos funerarios ibéricos, como los de TEBA, OSUNA, EL CORONIL y LAS QUINIENTAS. Con este campo mítico deben relacionarse también las esculturas ibéricas de un león que devora un carnero, como las de OSUNA, CERRO ALCALÁ, UTRERA, BORNOS y del CORTIJO DE LA MARISCALA.
Igualmente entre los CELTAS, el hogar familiar era sede de un culto al antepasado asociado al culto del CRANEO, que podría estar enterrado en su proximidad, como parece ocurrir en PEÑAFITERO, NAVARRA. En este lugar se ha descubierto un HERÓN celta del siglo VI a.C. encastrado en la muralla pero concebido como si fuera una casa de 10 m2 con un hogar con huesos de pequeños animales. Un banco corrido para banquetes funerarios, un cráneo humano y un ajuar que incluía un casco, todo lo cual debe interpretarse como el HERÓN del antepasado protector del poblado. Estas creencias de que el espíritu ancestral moraba en el hogar han sobrecogido en BRETAÑA y en otras áreas de tradición CELTA, en las que se suponía que el fantasma ancestral del difunto se calentaba de noche en el hogar, por lo que se le ofrecía una comida y se les dejaba los restos que sobraban el Día de Difuntos. Tradición que se ha ido manteniendo hasta nuestros días.
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